08 junio 2011

RECORDANDO A JORGE SEMPRÚN Y SU APORTACIÓN AL CINE

Como la noticia ha sido hoy portada de gran parte de la prensa internacional, es desgraciadamente de sobra conocido a estas horas, que ayer falleció Jorge Semprún (1923-2011), escritor e intelectual español imprescindible para nuestra memoria histórica, tanto por su trayectoria vital y política, como por su compromiso.




No obstante y por nuestra vocación natural, creemos justo recordarle por lo que su figura contribuyó, también, a la historia del cine. Sin duda, su propia biografía es ya digna de un guión cinematográfico en principio hasta inverosimil: miembro de la resistencia francesa durante la II Guerra Mundial, prisionero en el campo de concentración nazi de Buchenwald, purgado por el Partido Comunista en plena Guerra Fría y ministro de cultura, finalmente y antes de su retiro como escritor, del gobierno español entre 1988 y 1991. No obstante, es su labor como guionista la que nos ocupa en este punto, como sincero y merecido homenaje a este personaje imprescindible.

Firmó 13 guiones cinematográficos y sus colaboraciones con Costa-Gavras, Alain Resnais y Joseph Losey se nos antojan fundamentales:

Su primer guión para el cine fue el de “La Guerra ha terminado” (1966) que dirigiría Alain Resnais y que le reportaría incluso la nominación al Oscar al mejor guión original. No obstante, narraba un tema conocido para él, ya que era la historia de un exiliado español en Francia del partido comunista, que intenta volver a su país en una misión clandestina.



Su colaboración con Resnais (que repetiría con la apreciable “Stavisky” de 1974) le reportó el reconocimiento del mundo cinematográfico, pero probablemente su guión más importante, reconocido, influyente y recordado es el de Z, la película de Costa-Gavras rodada en 1969, que narra la violencia política ejercida sobre un honesto político de izquierdas y su partido, desde los poderes fácticos y el lumpen siempre asociado en un país no del todo concretado (aunque sin duda es la Grecia de la Junta Militar).



Se trata de una película inmensa en todos los sentidos, en el aspecto interpretativo, en lo revolucionario de la propuesta estilística, en el fino pero tremendamente sarcástico sentido del humor con el que se tratan tan duros temas (en los títulos de crédito se dice: “Cualquier parecido con hechos reales, y personas vivas o muertas, no es accidental. Es INTENCIONADO”) (1), los giros y ritmo endiablado de la propuesta, etc. Es una película fundamental del cine europeo (la mejor del director griego junto a “Estado de sitio”), reconocida por los Oscars de aquel año como mejor película extranjera y donde Semprún (en este caso junto a Costa-Gavras y por el guión adaptado), volvió a recibir una nueva nominación. También colaboró en los guiones de 2 películas más de Costa-Gavras, de menor alcance, pero sin duda tan interesantes como el resto de la filmografía del director griego: “La confesión” (1970) y “Sección Especial” (1975).

Por último, es necesario destacar su colaboración con otro cineasta –en este caso norteamericano- sin duda imprescindible en la historia del cine: Joseph Losey. La película se tituló “La ruta del Sur” (1975) donde vuelve a abordar la historia de un exiliado republicano (curiosamente, Yves Montand protagonizó las 3 películas escritas por Semprún en las que más nos hemos detenido) (2). Recordemos que Losey también fue un comprometido director izquierdista que decidió exiliarse de su país (en Reino Unido) cuando comenzaron las persecuciones de la Caza De Brujas del Senador MaCarthy en los Estados Unidos, durante la Guerra Fría.

Sin duda, como no podía ser de otra forma en un intelectual con una patria tan extensa como es el compromiso: ninguna de sus colaboraciones y trabajos para el cine (y la TV) podían considerarse gratuitos y todos ellos fueron de una coherencia cultural, social y política de gran talla, y algunos casos concretos (los comentados sin duda) de una transcendencia básica en la historia del cine.

(1) En los créditos de cierre, en lugar de mostrar el reparto y el equipo de rodaje, se muestran las cosas prohibidas por la Junta Militar. Entre ellas están: los movimientos pacifistas, el derecho a huelga, los sindicatos, el pelo largo en los hombres, los Beatles, cualquier otro tipo de música moderna y popular, Sófocles, León Tolstoy, Esquilo, escribir que Sócrates era homosexual, Eugène Ionesco, Jean-Paul Sartre, Antón Chéjov, Mark Twain, Samuel Beckett, la sociología, las enciclopedias o la libertad de prensa. También prohibía la letra Z, que aparece garabateada en la última imagen de la película, como un recordatorio simbólico de que "el espíritu de la resistencia vive" (en griego clásico, ζει o zei quiere decir "vive"). (Fuente: Wikipedia)

(2) Sobre la impresión que tenemos sobre Yves Montand, leer la reseña que sobre “El Salario del Miedo” se hizo en este post.

Consultar filmografía completa de Jorge Semprún, aquí.

2 comentarios :

Pues como siempre tapas muchas huecos culturales de la gente común -por denominarlo de alguna manera- donde por supuesto me incluyo. Conocía la influencia de este gran hombre en la cultura española y francesa, pero desconocía su papel en el cine.

Ayer, en algún sitio oí o leí sobre Semprún una frase que resume mi opinión. "España llegó tarde a Jorge Semprúm".

Me voy a atrever a decir una temeridad pero aún sabiéndolo no me lo callo. No estaría mal aplicar la lógica del mercado a los que defienden el mercado, a los que miden todo en coste/beneficio, a los que aplican hasta las últimas consecuencias, como religión, el pragmatismo. Qué resultado obtendríamos si cáculasemos cuanto talento político, científico, cultural, ... ha perdido este país nuestro durante los 40 años que un señor calvo y con bigote llevó los designios de España.

Eso se podría añadir en forma monetaria a una ley muerta antes de nacer llamada Ley de la Memoria Histórica. Seguro que aún hay vivos que podrían responder de ello.

Que se lo pregunten a Garzón.

Gacias Roy.

Hola!
Como no podía ser de otra forma, de nuevo eres agudo y de hilo fino...
La verdad es que lo que mencionas es dificil de resumir en un breve comentario... hay toda una historiografía referida al tema. Supongo no obstante, que no hay que ser un matemático (o un miembro del Banco Mundial o el FMI) para calcular el daño cuasado por el exilio de tal número de médicos, biólogos, astrólogos, naturalistas, ingenieros, escritores, filósofos, artistas, y un largo etcétera (entre los que también se encontraban obreros, campesinos, mujeres y niños que o bien padecieron doblemente el exilio al ser además, pobres, cuando no una segunda guerra entre campos de concentración o tricheras). No obstante, no eran simples miembros de estas profesiones o especialidades, no. Se trataba de Pi i Sunyer, Ortega y Gasset, Juan Negrín, Manuel Azaña, Ignacio Bolívar, María Zambrano, Rafael Alberti. Manuel Altolaguirre, Francisco Ayala, Pau Casals, Rosa Chacel, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Pedro Salinas Claudio Sánchez Albornoz, Ramón J. Sender o Luis de Zulueta. Otros se quedaron en las cunetas o en alguna celda de mala muerte (¡glorioso Miguel Hernández!)
Ahora que los gurús que aplaudían no hace tanto a los niños que abandonaban la escuela para ganar 2000 € en honor a la burbuja económica, dicen que tendremos un problema por la falta de formación suficiente en nuestros "futuros" "trabajadores", sabran calcular también de forma sencilla, cuanto ganó la cultura, la universidad y el conocimiento de países como México, Chile o Argentina y cuanto perdió la España del franquismo.
Ninguna temeridad gundemaro... hilo fino.

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